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En un post anterior describíamos, a modo de
introducción, los orígenes y fundamentos de la Filosofía Perenne. En éste, nos vamos a sumergir en la naturaleza y
objeto de la misma.
Filosofía Hermética vs Filosofía Perenne
La Filosofía Hermética (o Hermetismo)
parte del principio de dualidad: "lo
que está arriba es lo que está abajo"; positivo y negativo; bien y mal;
masculino y femenino; blanco y negro; yin y yang;... etc. En definitiva: describe un Universo de opuestos y, a la vez, de
complementarios. Todo tiene su contrario. Como fin último, y para nada
desdeñable, la transmutación y/o regeneración de la PERSONA: muerte y resurrección; nigredo y albedo. Todo ello, a
través de una de sus principales disciplinas (la Alquimia), para la obtención de un ser "Superior": el Rebis
Alquímico; el Andrógino Perfecto.
No así la Filosofía
Perenne, por lo que no es ningún
tipo de escuela o corriente de pensamiento. Su fundamento es el Ser, su transcendencia última en la Naturaleza y la fusión con la Divinidad. Por lo que somos la propia Divinidad.
Una Única Verdad; Verdad Eterna
Como Filosofía
Verdadera, lo abarca Todo y es
la Unidad. Es decir: es la No-Dualidad; por lo tanto: es "Advaita"
(doctrina ramificada del Hinduismo, no dualista, que asevera la Unicidad entre el Alma y la Divinidad). Es
Atemporal: por lo tanto, no sólo el
espacio es un ensueño, sino también el tiempo. Se hace hincapié en que "todo sucede aquí y ahora", pero no motivando
el aquí-ahora de una forma fiel, sin espacio y de un modo atemporal; viviendo
en el Eterno presente. Es
transcultural: abarca diferentes sociedades y/o civilizaciones; manifestándose
en todo territorio y época. En síntesis:
Es
una enseñanza espiritual más allá del tiempo y erigiéndose en expresión directa
de lo Eterno (de ahí el término Perenne).
En cuanto a la PERSONA:
somos materia (cuerpo), mente y espíritu. Todo uno. Pero, sobre todo, somos Espíritu; mente y cuerpo son simples
manifestaciones. Somos trinidad, como representación, pero, Unidad, como Realidad inmanente y transcendente.
La modernidad, como contraposición a la Tradición, forjó la visión del mundo
sobre una falsa y aparente dualidad del cuerpo y de la mente; obviando, insolentemente,
el Espíritu. Las sombras de nuestra espiritualidad es la psicología; recreando
apariencias y falsas realidades de nuestro devenir; redescubriendo nuestra
verdadera divinidad. El "culto"
al cuerpo es el paradigma de nuestro tiempo; negamos el envejecimiento natural de
nuestras existencias y su consecuencia última.
La Filosofía Perenne es una Verdad
allende de la razón. Por lo que debemos reconocernos, y reivindicarnos, en la
pureza de estas excelsas Virtudes: Humildad, Bondad y Simplicidad. Todas
ellas, requisitos básicos para, así, poder reencontrarnos con nuestro "YO"
verdadero. Somos Esencia del Ser. Nos somos cuerpo;
no somos mente. Somos Espíritu...
Solo "Somos Eso".
Somos un conjunto de Valores, anteriormente detallados, Inmutables, Eternos, Únicos, Inmanentes y Transcendente.
Por todo ello, debemos evolucionar desde una primera etapa emocional-sensitiva,
atravesando (y superando) al intelecto, hasta converger en el Espíritu. Pasando a ser Luz de nosotros mismos. Hemos "despertado"
fundiéndonos con la Divinidad. Somos
Budas reencarnados; somos la Luz...
Somos
COSMOS y espejo del mismo,
Somos
gotas de agua impactando en la inmensidad del Mar,
Somos
Verdad,
Somos
el Ser,
Somos
Consciencia,
Somos
el sujeto transcendente,
Somos
la Luz en el Camino,
Somos
Luz en nuestro deambular existencial,
Somos
indagadores impenitentes de la Paz,
Somos
buscadores irredentos del Amor Universal,
Somos
albaceas de la Felicidad,
Somos
comunión de religiones,
Somos
disolución con la Divinidad,
Somos
lo Absoluto,
Somos
Eternidad.
Recomiendo la relectura del anterior post: SOBRE
LA FILOSOFÍA PERENNE
Santiago Peña
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