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¿Se puede llegar
a heredar la Belleza?
Desde la Tradición, sin duda: "Yo te entrego". La Beldad,
universalmente, se ha relacionado con el Bien. De igual
modo lo contrario de la Belleza, que es la fealdad,
frecuentemente se ha vinculado con la maldad. A las brujas es notorio que, a lo
largo de toda su malograda existencia, se le atribuyan, insistentemente,
atributos, tanto físicos como comportamientos, marcadamente repulsivos y condenables.
Por lo que: La Belleza de la PERSONA opera con la mayor expresión posible,
indefectiblemente, sobre los sentidos interiores que sobre los exteriores, de
forma que lo que se vislumbra está libre del mal; por lo tanto, sintiéndose en
armonía consigo mismo y con el resto de la Humanidad. Todo lo Bello atrae. En cambio, la fealdad repele, o debería de
hacerlo. La
atracción hacia la deformidad, la
fealdad, lo grotesco y, su consecuencia, la provocación, solamente podrán ser
captados (o deberían de serlo) por pensamientos deformes y grotescos.
¿Tiene la Luz fecha de caducidad?
No, porque
la Belleza está en la visión transcendente
del observador, y, la Luz, es la máxima revelación, y
prueba, de nuestra propia Belleza. No hay
nada más bello que un rayo de Luz emanando
desde nuestro propio interior. Por todo ello: la Belleza es
fecundada desde la máxima positividad vivencial conforme a nuestra propia Presencia. Y lo designaremos como: sentido transcendente de nuestra propia
Existencia.
Ética y Estética
El Valor de
la Estética y, acompañada de su
irrenunciable hermana, la Ética, son,
los dos, Valores proscritos en las
ampulosas sociedades de la modernidad y de la vulgar, e indolente, progresía.
No hay nada más soez, ramplón y mundano que una supuesta atracción hacia lo
vulgar, burdo y chabacano. Mentes enfermas adorando, y ensalzando, la
vulgaridad y la "inti-excelencia";
la vacuidad y la apariencia; la anormalidad y la inconsistencia... ¡Mal vamos!
Por ejemplo: Un poema debe evocar y no aborrecer; un
poema debe atraer y no esputar; un poema debe enamorar y no odiar. Un poema
debe ser eso... y no otra cosa. Lo mismo con una, supuesta, obra de arte
pictórica o escultórica.
La ofensa, a través de la anti-estética, es
anti-ética; es la malicia y es una flagrante violación de los sentidos. Los
afectados no tienen por qué ser conscientes de este sinsentido pero, los
sufridos (e inconscientes) poseedores, sí deberían de serlo. A no ser que,
también, sean unos anormales envilecidos; protohomidos venidos a menos y narcisistas
carcomidos.
En el fondo del pozo de la ignorancia se
encuentra la Luz de la Sabiduría
Posibles definiciones de Belleza:
- La Belleza
es espacio en Armonía en un Tiempo sincrónico.
- Fuera de la Belleza
todo es Caos; todo es fealdad; todo es brutalidad.
- La
imperfección de la Naturaleza
nos muestra la Belleza del Cosmos.
- Algo que era aparentemente Bello y ahora no la proyecta es signo inequívoco de que
verdaderamente no lo era.
- Lo aparente, muere; lo Verdadero y Eterno permanecen.
- La Belleza
es la constante, y Armónica,
evolución de la Naturaleza.
- El fin último del Amor es enamorarse de la Belleza.
- La Belleza es
imperfecta pero, en un deseo inherente de unión hacia la misma, la “hacemos”
Perfecta.
- El alimento del Pensamiento es la Belleza.
- La Belleza
es principio y fin de la Creatividad.
- La Belleza es la Verdadera materialización de la Luz.
- La Belleza no
es Perfección. Lo realmente Bello es la Armonía de
las cosas y no su supuesta, e
imposible, Perfección.
- La
Luz es Belleza por sí misma, porque su Naturaleza es Una y lo comprende Todo.
Lo Místico como
emanación de la Belleza más Pura
El desconocimiento de
PERSONAS, animales, objetos o
percepciones incorpóreas (por ejemplo la música) dota de misterio y, por ende,
de una mayor atracción a lo captado y/o contemplado. Motivo, en el supuesto de
un placer máximo, de pleno embelesamiento. Todo arrobamiento tiende al sumun, o
éxtasis, del ser.
La Tradición es la concreción de la Belleza transferida; la Mística Eterna; heredada de padres a hijos;
el superior conocimiento; la Beldad
Divina; sacrosanta y última. Es todo lo Bueno de una sociedad que ha sido transmitido. Es herencia de Valores, de guía, de Conocimiento para el bien común de un
pueblo sabedor de sus ancestros, admirados y reconocidos. Al fin y al cabo: Tradición
es Amor a tus orígenes e historia vivida.
Belleza y Virtud, como dos visiones de la Unidad del Ser. La Unidad como
representación del Alma. Toda una y Eterna.
No hay mayor acto de Sabiduría que el reconocimiento
humilde, sincero e integro de la Belleza
lejana de otras culturas, civilizaciones, pueblos o naciones distintas. Al
reconocer nos reconocemos; al admirar nos admiramos y nos mostramos tal como
somos: Íntegros, Luminosos y Cercanos.
La ordinariez de lo
inmediato no deja de ser indecente, repudiado y motivo de olvido. Lo grotesco
ensalzado por la modernidad de las sociedades occidentales no deja de ser eso:
grotesco, soez y, totalmente, rechazable por "feo" y obsceno.
La obscuridad es necesaria para poder
encontrar la Verdadera Luz; por este motivo con cuanta más Luz al final del
camino nos encontremos más Belleza hallaremos.
Encarnación
de la luz
La Llama
(de la lámpara o vela) representa la disolución de la penumbra con su Luz, porque, desde hace ya milenios, la
Luminosidad y, su contrapeso, la Obscuridad, han sido tratadas por los
diferentes cultos religiosos como un binomio
complementario de aspecto mítico-divino
y, al unísono, paradigmático.
Estas religiones fueron primeramente orientales;
donde, por ejemplo, el fin último del Budismo es lograr la Iluminación, o Satori (término japonés en el
Budismo Zen), en que solamente se halla el Presente.
Por el contrario, lo lóbrego se asimila a ignorancia o, utilizando el
vocablo propio del budismo, avidya,
que es una falta inicial sobre el conocimiento sensitivo de la naturaleza.
Realmente, la ignorancia (o penumbra), es propiedad constitutiva de la segunda
de las Cuatro grandes verdades del Budismo (por este orden enunciaríamos: 1)
Toda existencia es padecimiento; 2) El origen del padecimiento es el deseo; 3) El
padecimiento se puede sofocar, sofocando su causa; 4) Para sofocar la raíz del
padecimiento, debemos seguir la vía del cese de padecimiento o Nirvana).
El Maestro Buda
Gautama se formó de las esencias del Hinduismo, religión predecesora del Budismo,
siendo común en las dos la búsqueda de la Iluminación
de sus practicantes como desenlace definitivo.
En las postrimerías del siglo I, a través de los Patriarcas de la Iglesia, la Luz se transmuta en un elemento metafísico;
pasando a estar en relación directa con la divinidad.
Desde tiempos inmemoriales las teas, cirios,
candeleros o lámparas están integrados en infinidad de ritos religiosos. En los
templos de muchas religiones se inicia la ceremonia prendiendo las lámparas y/o
velas. En el bautismo católico los padres llevan un cirio pascual que ilumina
la vía hacia la Luz...
En definitiva: cualquier elemento material de Iluminación (o luminaria) es Símbolo del progreso y de elevación cultural, a
través de las múltiples civilizaciones/sociedades que se han ido sucediendo,
desde que humanidad se hizo presente en la superficie de la Madre Tierra.
Santiago Peña
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