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Según el Principio de Eternidad, el tiempo y el espacio son una mera ilusión. Estas dos dimensiones son la apariencia de un mundo virtual y por ende no verdadero. Por lo tanto: La Realidad es Única, Eterna e Inmutable. Lo Eterno es, a la vez, pasado, presente y futuro. Siendo así, siempre, representa el Presente. Es decir: el aquí y el ahora. El Eterno Presente.
Desarrollando este fundamento, el concepto de Cosmos, se puede llegar a abordar desde
múltiples perspectivas: astronómica, filosófica, religiosa, metafísica,
astrológica, física... En este caso nos centraremos, exclusivamente, a partir
de una visión estrictamente Metafísica.
Y, dentro de la misma, desde dos ópticas (no esencialmente
excluyentes, pero sí) complementarias:
Ø
Para un teísta (todo lo que existió, todo lo
existente y todo lo que existirá) se revelará como Dios: "Yo soy el que soy"; existo por
mi voluntad de existir y de seguir,
eternamente, existiendo. Desde antes del inicio y después del final. Se podría llegar
a equiparar al primigenio Itemu egipcio (helenizado Atum) o al Brahman hinduista. Las dos representaciones deíficas poseerán
atributos comunes tales como: pensamiento
primordial, absoluto, "alfarero",
expansión, hacedor y potencia inmanente.
Ø
Para un espiritualista (no necesariamente teísta
pero sí, probablemente, gnóstico) se expresará como el Ser, el Todo y/o Consciencia Cósmica.
Pues, en los dos casos, es una automanifestación
sin principio ni fin. Ocupa todo pensamiento. Es atemporal. Y es la Eternidad.
No obstante, en nuestro mundo antropomórfico; fruto
de unos límites (pre)establecidos, el Cosmos
ocupa todo espacio y todo tiempo.
Sintetizando todo lo anteriormente expuesto, podremos
llegar a plantearnos las siguientes preguntas o reflexiones:
Ø
¿El Ser
y Dios es lo mismo?
Ø
¿El Ser
y el Cosmos es lo mismo?
Ø
¿El Cosmos
y Dios es lo mismo?
Si seguimos fielmente las directrices de este pensamiento superior, diremos que:
Ø
El Ser
es Uno.
Ø
La Unidad
es el Todo.
Ø
Todo
es Cosmos.
Por todo ello:
Ø
No hay
nada fuera del Ser.
Ø
El Ser es
el Todo.
Ø
Cosmos es
Todo.
Como pincelada final, Vacio y Plenitud, son fases
circunstanciales, dentro del Ser,
que tienen que ver más con estados (mentales) de ánimo del microcosmos (la PERSONA) que con todo lo que nos
envuelve y/o condiciona: la Naturaleza
y/o Universo. Y, por último, ¿qué es la nada? En la pregunta se haya
la respuesta.
En conclusión: el
Cosmos no es como lo vemos, ni como lo percibimos. Somos parte del mismo; somos
su alteración; somos fragmentos de una consciencia superior; somos su pálido
reflejo y somos una imperceptible ilusión.
El presente
es Eterno, no así nuestra existencia: minúscula y efímera
Santiago Peña
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