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Venimos de la Eternidad y volveremos a la Eternidad
La Eternidad, como el no-tiempo y el no-espacio
El no-tiempo y el no-espacio no significan que sean la nada. Por lo que, la Eternidad, es el no-principio, es la no-sucesión de las cosas y es el no-final. Entonces: ¿qué es la nada? La nada solo puede ser entendida dentro de un (supuesto) tiempo y de un (supuesto) espacio, en los que ya se sobreentiende que no es posible su sola mención.
De la nada, por mucho que nos aproximemos a ella, no puede surgir nada (existente). Es decir: la existencia. Por lo que no puede haber un origen ni un final. El llamado Big-Bang es el principio del (actual) universo conocido, en el que nos movemos e interaccionamos. Pero, antes que éste, hubo millones de universos que le precedieron (Big-Crunch) y, con posterioridad a éste, que le precederán.
Por lo que, tiempo y espacio, no son verdaderos ni eternos. En cambio, la Eternidad es la verdad absoluta. Porque toda verdad está más allá de cualquier tiempo y de cualquier lugar.
El círculo, como representación geométrica, y perfecta, de la Eternidad. El mito del “Eterno Retorno” (Ouroboros) y el símbolo del Infinito, como su otra expresión.
Otro aspecto de la Eternidad es su permanencia en distintas circunstancias. La Eternidad, a sí mismo, como: “el aquí y ahora”. Sin tiempo y sin espacio nada puede ocurrir y en el caso hipotético que algo ocurra todo se producirá a la vez: ocurrió, ocurre y ocurrirá.
Brahman y el alma eterna de cada uno de nosotros
En los textos sagrados hinduistas se señala al Dios cósmico Brahman (no confundir con el dios menor Brahma, o con la casta Brahmán) como lo absoluto, la perfección, el todo, la unidad, transcendente, la potencia primera, el equilibrio, lo eterno, inmanente, no dual (o asexual) y causa eficiente del universo; en tanto que, a nivel de microcosmos, su correlato es el alma única y perpetua de cada uno de nosotros. Por lo que, se sobreentiende que, antes que él “no había nada”. Es, por tanto, germen de toda existencia y eternamente existente.
Por lo que: Brahman Es. Es decir: en la Eternidad nada puede ocurrir; se vive en el equilibrio permanente, en una incólume quietud y, por tanto, en la absoluta Perfección. Siempre ha estado, está y estará.
Es por
ello que: nada podrá haber antes que Brahman y nada podrá perdurar después de
Brahman.
En un fragmento de estos mismos textos, más o menos, viene a decirnos que:
Cada qué vez que Brahman inspira el universo se regenera (se destruye) o se transforma; se inicia un nuevo ciclo cósmico: implosiona (concentrándose en un punto de espacio 0 y masa infinita) y, acto seguido, expira; explosiona (a partir del punto 0) así “ad infinitum”.
Por lo que, si aplicamos la lógica, y algo de imaginación, podríamos decir que:
Hay tantos “comienzos” (Big-Bang) y “finales”
(Big-Crunch),
como
imperecederas respiraciones tiene Brahman.
Y, por tanto, incontables universos, unos
dentro de otros, y en innumerables dimensiones.
En
definitiva: formamos parte del firmamento y, a la vez, somos “creadores” de incalculables mundos, porque nuestra mente es la
síntesis de la suma de todos los universos; los conocidos y los por conocer…
Este Universo es consecuencia de la última de las ilimitadas respiraciones (expansión-contracción) de Brahman, el Ser.
Como pensamiento somos, y representamos, la inconmensurabilidad del cosmos…
¡Somos una pura ilusión!
¡Somos Eternidad!
Santiago Peña
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