Lo Oculto, es la pura condición de algo (preservado) en todo su esplendor; ¡es Luz en toda su plenitud! -¡No hay nada de contradictorio en esta esotérica afirmación!- De igual manera que el aparente brillo de algunas formas define una falsaria luminosidad. Por lo que, lo Oculto, es aquello que se debe preservar. Es esencia íntima y recóndita. Es conocimiento sin mancillar y es Sabiduría Transcendental. Y es lo más preciado del ser humano.
El origen de una cosa siempre es verídico. Del mismo modo que el final
de la misma también es verdadero. Por lo que el (primer) advenimiento de esa misma
cosa es “hija” y, por ende, causante
de Luz.
Y su prevista (aparente) desaparición es motivo de ocultación (de la Luz),
pero no de su (real) desaparición. Desde el mundo de la Realidad de las Cosas, la
Luz
jamás podrá desaparecer. A lo sumo se ocultará; se esconderá pero, en ningún
momento, se desvanecerá…
Somos Luz, somos el Todo y somos la Unidad
Motivo de ello, la Luz es testigo preclaro del origen
de toda existencia… Somos existentes cuando hemos sido “bañados” por la Luz. Es decir: nada puede existir
fuera de la Luz (tanto material como espiritual)… Es por ello que, la
futura madre (parturienta), “da a luz”: desde una “oscura” concepción, ocultada a los
demás, somos iluminados por la misma maternidad.
Somos el Alfa y el Omega: principio y fin de todas las cosas
Al ser nuestra mente, e imaginación, superior al infinito
universo, en nuestra alma, tenemos las respuestas de ese mismo universo. Por lo
que no hay que buscarla fuera de él. Por todo ello somos una representación
exacta; un espejo del cosmos… Somos miles de millones de microcosmos para
acabar siendo el mismo cosmos al que decimos representar. EL día que conozcamos
nuestra esencia seremos, y tendremos, la clave para conocer el universo.
Somos universo y está en nuestro interior
Santiago Peña
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